Mi feria del libro
Mayo es el agosto de los libros. Mes en que se muestra la cosecha anual en eras públicas, se apilan los frutos en parvas bajo chozas, se mercadean en zocos de ver y no tocar, por el precio, y a esperar al cliente con ánimo de compra. Lo malo de las ferias del libro es que, como los caracoles, son tributarias de la lluvia y cumplen el pronóstico asignado, aunque solo diluvie el día inaugural. Y sucede que los libros…